Él no se acercó, pero
yo lo conozco y pasaron tantas cosas entre ese momento y este, que hice de
cuenta que los dos nos habíamos olvidado de todo y me acerqué a saludarlo, pero
pasé por arriba de su silencio y su distancia.
Tal vez sin querer lo traté mal.
Pero yo sé que lo quiero.
Y que el maltrato me expulsó de mi centro con la fuerza centrífuga del error.
El error expulsa a la verdad con una fuerza centrífuga.
Y la verdad atrae al amor con una fuerza centrípeta.
Mi centro está corrido desde que lo saludé.
Y me siento atraída por el vacío.
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