Al Fin llegó la noche y el insomnio y la delgadez misteriosa de los recuerdos que se hilvanan, entramado de sensación cosquillas, latidos.
Mi cuerpo reconoce antes que yo la víspera
honda.
Mi cuerpo habla antes que yo y reconoce el
llanto del hada y de las ánimas.
Al fin llegó la noche, me daba miedo el día
que duró demasiado. Ayer viví demasiado. El día sus ruidos su movimiento mecánico.
Ayer era de día y no me importaba si gemía o
caminaba o alguien me saludaba. Tal vez me veían o no. No me importa demasiado
si llegaron a saber si respiraba. Si me
tocaban cerca del corazón iban a saber que no latía.
Ayer de día moría como en cada amanecer. Que
abre frascos y escucha radios y cacharrea en la cocina. Y disfruta tanto la
humillación que tanto alardea, la técnica, de aprender todo. Yo aprendí a
escribir de día, aprendí a hablar de día, aprendí a entender que de día la soledad es el dj atrás de un vidrio oscuro
en donde sólo puede verse su sonrisa brillante.
En cambio de noche mi alma se desnuda pulposa
y coqueta. De noche siento bien profunda mi voz que canta con una dicha honesta
y puede salir de su escondite porque nadie la ve.
Se abre el camino en donde todo se deja ver
sin luz. De noche y en la oscuridad la luna no espeja al sol sino a los ojos
abiertos en donde la luz que brota viene del alma o de los sueños.
Yo nací de noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario