domingo, 24 de febrero de 2008

2º h

2º h

Era un contrafrente que daba a una ventana que siempre estaba cerrada, no tenía balcón, la tele la pusimos con un soporte en el living porque no entraba, para entrar al cuarto teníamos que rozar la pared, la cañería estaba vencida y siempre había pérdidas. Todo el tiempo chocándonos los cuerpos, viendo reflejada en el otro nuestra propia incertidumbre. Fingiendo alegría y bienestar. Hasta que un día me cansé de todo y lo dejé.

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